Al contactar con ellos y charlar un rato acerca del funcionamiento de sus centros (más de cincuenta, alrededor del país) pudimos darnos cuenta del gran problema que se encontraban los encargados de los mismos. El concepto de llavero físico habitual hacía que el personal de mantenimiento de los locales gastase más tiempo en abrir y cerrar puertas que en las labores productivas que desde la dirección del centro se les exigía.
Las quejas por este suceso eran constantes, y gracias a nuestra
capacidad de adaptación a las circunstancias de cada empresa les propusimos un
primer acercamiento a través de un sistema de llavero con códigos QR.
Además, también debemos comentar que al final de cada día se ofrece al personal autorizado un informe completo del movimiento de las llaves y llaveros a lo largo de toda la jornada, llevando el control absoluto de la gestión de estas y creando una información muy valiosa en caso de producirse algún desajuste dentro del centro. Además, los profesores que por olvido no entregaron a tiempo las llaves reciben automáticamente una notificación para recordarle que deben devolverlas.
Gracias a adaptarnos a lo que el
cliente buscaba y conocer hacia donde teníamos que dirigir nuestra actuación llevamos
ya más de un mes trabajando con ellos en tres de sus centros de la provincia de
Sevilla. El feedback es muy positivo, siendo lo
que más nos destacan el aumento en la productividad de los empleados de
mantenimiento, los cuales son vitales para el correcto funcionamiento de CESUR
y antes perdían demasiado tiempo en esta improductiva tarea.
Ellos nunca hubieran imaginado acabar una mañana y observar esa caja de llaveros con todas sus llaves dentro y con un documento que explique de manera sencilla por qué manos han pasado durante ese tiempo.